Mucho más que seguridad
La integración de Inteligencia Artificial (IA) en los nuevos sistemas de videovigilancia propone una evolución tecnológica sobre este tradicional sistema. La vídeo vigilancia inteligente se convierten en un socio poderoso a la hora de reforzar la seguridad.
Los nuevos sistemas de videovigilancia actuales aprovechan una de las tecnologías con más desarrollo en estos últimos años: el Big Data.
El gran impulso tecnológico al que solemos referirnos bajo el término Big Data ha revolucionado el entorno empresarial. Las organizaciones sometidas a la necesidad de la transformación digital se han convertido en criaturas sedientas de cantidades ingentes de datos; y por primera vez en la historia de la IA existe una demanda generalizada de sistemas con una inteligencia avanzada, equivalente a la de un humano, que sean capaces de procesar esos datos.
Una vez que las empresas disponen de los datos y los sistemas capaces de procesarlos es el momento de entrar de lleno en la siguiente fase: la comprensión de los datos, la adquisición del conocimiento y la extracción del valor.
Una de las claves entonces de la IA avanzada está en el aprendizaje y tecnologías como el Aprendizaje Profundo (Deep Learning) se ocupa de este reto.
En el ámbito de la seguridad electrónica la tendencia es cada vez más ascendente hacia el uso de dispositivos de seguridad con extensiones de inteligencia artificial, que aplican como recurso el deep learning.
Los desarrollos de cámaras como las DeepinView (Visualización Profunda) de Hikvision y los NVR DeepinMind (Almacenamiento y Análisis profundo) están pensados para liderar este nuevo mundo de la tecnología de vigilancia.
En la actualidad muchos modelos de cámaras y dispositivos incorporan algoritmos avanzados de deep learning que permiten contar personas, gestionar filas, detectar los ‘Puntos’ calientes, reconocer rostros, patentes de automóviles, detectar intrusos e inclusive distinguir entre animales o seres humanos.
Gracias al deep learning y big data, las cámaras además son capaces de segmentar a las personas a través de datos socio-demográficos (sexo, edad) y relacionarlos con variables temporales (franjas horarias, días de la semana) por lo que permiten ofrecer información detallada de cada tipo de usuario/cliente, en cualquier momento y lugar.
Los sistemas de reconocimiento facial por ejemplo, son capaces capturar rostros, identificarlos y compararlos automáticamente con los existentes en su base de datos, permitiendo por ejemplo el acceso o no de esa persona a un área restringida.
El sistema permite la importación masiva de imágenes (incluso de redes sociales) y la búsqueda forense de personas, herramienta muy útil y eficiente en escenarios donde se dan gran afluencia de personas como un aeropuerto.
Por otro lado las herramientas de control de filas, en instalaciones donde la afluencia de personas es masiva y simultánea, se convierte en fundamental.
Abrir una puerta automática o activar un cartel de información en tiempo real es un hecho cuando las cámaras de vídeo detectan que el número de personas o el tiempo de espera superan lo deseable.
Es evidente que nos encontramos en la nueva era del vídeo inteligente, donde los sistemas de CCTV ya no sólo garantizan la protección de las instalaciones sino que además se convierten en una valiosa herramienta que ofrece estadísticas, informes y análisis que facilitan la toma de decisiones en tiempo real.
Sin dudas la video vigilancia actual es mucho más que mirar por la ventana, ha evolucionado para transformarse hoy en un verdadero vigilante inteligente.
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